He aquí las razones por las que el Museo de la Albañilería es un proyecto chinato y tiene que hacerse realidad en Malpartida:
La historia de Malpartida de Plasencia está ligada a dos actividades económicas que se imbrican desde sus inicios como actividades alternativas para proveer a la escasa economía familiar: la agricultura y la albañilería. La profesión de albañil, ligada en un primer momento a las actividades propias de la arquitectura popular, sale del ámbito territorial del pueblo en los años del desarrollismo español durante el periodo franquista, notablemente desde los años 60, y alcanza entonces su mayor expansión como profesión hasta representar en la actualidad el 75% de los recursos económicos del pueblo.
Es la larga tradición de un buen saber hacer como albañiles en arquitectura popular la que hace que los profesionales salidos del pueblo se conviertan en referente fuera de nuestra geografía y que la nómina de albañiles que consiguieron ganar los primeros premios en los concursos de albañilería provinciales, regionales y nacionales sea las más vasta de toda la geografía nacional. Conscientes de que ese buen saber hacer se va a perder debido a la evolución de técnicas y materiales es lo que impulsó al Colectivo Cultural Chinato a apoyar el proyecto de crear un Museo de la Albañilería y de la Arquitectura Popular en Malpartida de Plasencia, apoyo que permitió que la Asociación de Amigos de la Albañilería despegara por fin en Diciembre de 2006 y a lo largo de este año, desde la Asociación, se han definido los ejes de actuación en el futuro, para los que, evidentemente, necesitaremos recursos y colaboradores.
El objetivo preferente de la Asociación de Amigos del Museo de la Albañilería es afianzar la identidad de la localidad en torno a lo que constituye su actividad principal; promover la participación de todos los chinatos, emigrados y residentes, en un proyecto con el que se identifican; fomentar el conocimiento de técnicas de construcción tradicionales en peligro de desaparición; investigar y preservar aquellos espacios y saberes en los que todavía se conservan; y fomentar la creatividad y la innovación tecnológicas al servicio de un proyecto eminentemente pedagógico.
La historia de Malpartida de Plasencia está ligada a dos actividades económicas que se imbrican desde sus inicios como actividades alternativas para proveer a la escasa economía familiar: la agricultura y la albañilería. La profesión de albañil, ligada en un primer momento a las actividades propias de la arquitectura popular, sale del ámbito territorial del pueblo en los años del desarrollismo español durante el periodo franquista, notablemente desde los años 60, y alcanza entonces su mayor expansión como profesión hasta representar en la actualidad el 75% de los recursos económicos del pueblo.
Es la larga tradición de un buen saber hacer como albañiles en arquitectura popular la que hace que los profesionales salidos del pueblo se conviertan en referente fuera de nuestra geografía y que la nómina de albañiles que consiguieron ganar los primeros premios en los concursos de albañilería provinciales, regionales y nacionales sea las más vasta de toda la geografía nacional. Conscientes de que ese buen saber hacer se va a perder debido a la evolución de técnicas y materiales es lo que impulsó al Colectivo Cultural Chinato a apoyar el proyecto de crear un Museo de la Albañilería y de la Arquitectura Popular en Malpartida de Plasencia, apoyo que permitió que la Asociación de Amigos de la Albañilería despegara por fin en Diciembre de 2006 y a lo largo de este año, desde la Asociación, se han definido los ejes de actuación en el futuro, para los que, evidentemente, necesitaremos recursos y colaboradores.
El objetivo preferente de la Asociación de Amigos del Museo de la Albañilería es afianzar la identidad de la localidad en torno a lo que constituye su actividad principal; promover la participación de todos los chinatos, emigrados y residentes, en un proyecto con el que se identifican; fomentar el conocimiento de técnicas de construcción tradicionales en peligro de desaparición; investigar y preservar aquellos espacios y saberes en los que todavía se conservan; y fomentar la creatividad y la innovación tecnológicas al servicio de un proyecto eminentemente pedagógico.
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